martes, 21 de diciembre de 2010


Carta al daño.
Si, ese que no te deja dormir, y que te hace llorar hasta que te desvaneces sin fuerzas. Ese que te hace odiar como nunca odiaste, pero.. A veces, el odio se desploma de golpe, dejando la débil sensación de que extrañas a alguien. Quizás siempre te extrañe debajo de todo el odio reprimido, seguramente siempre vi lo bueno que nunca tuviste y siempre creí en el perdón que ahora no te quiero dar. Una parte de mi se fue contigo. Y cada día que pasa se
marcha mas lejos, porque tu haces que sea así.
Aprende a reprimir el odio, y si quieres decirme las cosas, mirame a los ojos.
Vuelves a por un corazón que ya no es tuyo. Un corazón que yo tube que
recomponer trocito a trocito, y darle vida de nuevo.




Fijamente, sin pestañear, hasta que tus ojos se sequen tanto que no puedas ni llorar*

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