sábado, 13 de marzo de 2010

Poema de Medianoche.


Dejo de escuchar el eco de los pasos del tiempo, ahora se deslizan silenciosamente. No se puede luchar contra la marea. Todos debéis hundiros desgarrando el aire del pasado.
El tú y el yo, nuestros pensamientos, nuestros juramentos, jamás se perderán. Están escritos en las inmutables estrellas. Sonriendo con la luz del relámpago y buceando en el cielo azul, en ese mar donde nosotros no nos hundiremos. Mientras, mi alma se levanta del suelo, y se estira hacia las luces más brillantes del firmamento. No quiere volver a las sombras que algún día aparecieron.
¿Serán aquellas palabras el eco de nuestro destino?-

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