lunes, 27 de septiembre de 2010

Tiempo.


Sabes, cuando tú no estás los días se hacen largos, muy largos.
El reloj avanza al compás del latir de mi corazón. Lento, sin ritmo, sin dirección. Porque tú ya no estás. Quien diría que me despertaría en mitad de la noche, pensando que estas a mi lado. Pero no, solo queda tu fragancia en mis sábanas, el dulce olor de tu piel que me recuerda cuando dormíamos juntos.
Pasar por tu calle, y no detenerme en tu portal, no llamar a tu piso, no llamar a tu móvil, no compartir mas tardes contigo. Atrás quedo el cálido aire que movía mi pelo en las tardes de verano paseando juntos. ¿Y que es ahora el aire que respiro, si tu ya no estás? Es un aire de hielo, un aire metálico, que daña, que rasga mis pulmones, que enfría mi corazón.
Pero sabes, ya no sufro, mi corazón es una fortaleza en la que no entra el dolor. Ambos sabemos que es lo mejor.El tiempo dirá cuando te necesitaré.

No hay comentarios:

Publicar un comentario